Lectura de la realidad guía paso a paso
📝 Cómo guiar la lectura de la realidad en la escuela
La educación no ocurre en el vacío. Cada grupo de alumnos, cada escuela y cada comunidad tienen su propia historia, retos y particularidades. Por eso, antes de planear y ejecutar cualquier estrategia, es fundamental hacer una lectura de la realidad o diagnóstico socioeducativo: mirar qué está pasando en nuestro contexto, qué problemáticas enfrentamos y qué información necesitamos para tomar mejores decisiones educativas.
Este proceso no solo es un requisito del Programa de Mejora Continua o del CTE: es la base para construir proyectos educativos más humanos, contextualizados y efectivos. Si no sabemos en qué terreno estamos parados, corremos el riesgo de planear en abstracto y desconectados de lo que viven nuestros estudiantes.
Aquí te comparto un paso a paso práctico que puedes aplicar con tu colectivo docente para guiar este proceso.
1. ¿Con qué información cuentas?
Antes de salir a preguntar o aplicar instrumentos, revisa lo que ya tienes: fichas descriptivas de grupo, reportes del ciclo pasado, expedientes de alumnos, evaluaciones diagnósticas, el resultado del Programa de Mejora Continua (PMC). Muchas veces acumulamos información valiosa y ni siquiera la usamos para planear.
Por ejemplo, en los expedientes puedes encontrar datos clave sobre asistencia, problemas de conducta, desempeño académico y hasta notas de seguimiento médico o psicológico. Es como abrir un “baúl de spoilers” sobre lo que puede pasar en tu grupo.
🎬 Referencia pop: Piensa en cuando Netflix te pone un resumen de la temporada anterior antes de iniciar la nueva. No es relleno: es información que te ayuda a entender mejor lo que vas a vivir.
2. ¿Qué información quieres saber de cada dimensión?
La información que ya tienes no siempre es suficiente. Aquí es donde defines: ¿qué te interesa conocer en lo académico?, ¿qué hay del aspecto social?, ¿cómo están emocionalmente tus estudiantes?, ¿qué pasa con sus familias o con la comunidad que rodea la escuela?
Este paso es clave porque evita que recojas datos inútiles. No se trata de llenar cuestionarios eternos, sino de tener claro qué dimensión necesitas mirar y por qué. Por ejemplo: si notas ausentismo, tal vez la pregunta no es “¿qué calificación sacó?” sino “¿qué pasa en su contexto familiar o comunitario que influye en su asistencia?”.
🎬 Referencia pop: Es como Inside Out: no puedes entender la vida de Riley solo desde la alegría. También hay que darle espacio a Tristeza, Miedo, Furia y Desagrado. Cada dimensión aporta su parte de la historia.
3. Elige tus instrumentos
Aquí toca sacar la caja de herramientas. No existe un único instrumento mágico; cada situación pide uno diferente. Puedes usar encuestas para tener un panorama amplio, entrevistas para profundizar, observación participante para captar detalles que pasan desapercibidos o evaluaciones para medir aprendizajes específicos.
Lo importante es diversificar: no puedes conocer la realidad escolar solo desde una lista de cotejo o solo desde el promedio de calificaciones. Entre más perspectivas tengas, más completa será tu mirada.
🎬 Referencia pop: Como Mario Bros con sus power-ups: a veces necesitas el champiñón, otras el caparazón o la estrella. No todo se resuelve con el mismo recurso.
4. Aplica y organiza tu información
No basta con recolectar datos, hay que organizarlos. Si no, terminarás con un montón de papeles y tablas que nadie revisa. Una buena práctica es clasificar la información por dimensiones (académica, social, emocional, comunitaria). También puedes usar tablas comparativas o mapas conceptuales para ir viendo patrones.
Si estás iniciando ciclo escolar, no te preocupes si al principio solo tienes la información previa. Empieza con eso y complementa en el camino. La clave es que la información no se quede en el cajón, sino que sea útil para tomar decisiones concretas.
🎬 Referencia pop: Como en The Office, puedes llenar un pizarrón con post-its, pero si nadie entiende qué significa, no sirve. Organizar la info es darle sentido al caos.
5. Revisa si es suficiente
Una vez que organizaste la información, hazte la pregunta: ¿ya tengo un panorama claro o necesito más datos? Aquí es importante no caer en extremos: ni recopilar información excesiva que después nadie usará, ni quedarte corto y no entender lo que realmente pasa.
Por ejemplo: si sabes que un grupo tiene bajo rendimiento, pero no sabes si se debe a problemas emocionales, familiares o académicos, aún te falta información clave para actuar.
🎬 Referencia pop: Como en un videojuego de rol (RPG), no puedes entrar al jefe final con equipo incompleto. Si tu mochila de datos no está bien armada, será difícil ganar la partida.
6. Identifica problemas y situaciones clave
Ya con la información organizada, llega el momento de detectar las situaciones significativas (Puedes utilizar la siguiente lista de cotejo para elegir problemáticas para hacerlo¿). No todos los problemas tienen el mismo peso. Hay asuntos recurrentes que afectan el aprendizaje de manera directa (ej. ausentismo, violencia, falta de materiales), y otros que aunque son importantes, no son prioritarios en ese momento.
El reto está en distinguir entre lo urgente y lo importante. Aquí conviene usar listas de cotejo o criterios consensuados en el colectivo para no pasar por alto temas sensibles.
🎬 Referencia pop: Imagina que tienes la libreta de Death Note, pero en vez de nombres, escribes problemáticas escolares. No todo lo que apuntas tiene el mismo impacto, y el reto es decidir qué debe atenderse primero.
7. Problematiza
La palabra suena complicada, pero problematizar no es más que mirar los problemas desde diferentes ángulos. No se trata solo de decir “los alumnos no entregan tarea”, sino preguntarse: ¿qué factores influyen? ¿Viene de la dinámica familiar, de la motivación personal, de la cultura escolar o de la relación docente-alumno?
Problematizar ayuda a que no nos quedemos en explicaciones superficiales. Nos obliga a ver la conexión entre diferentes dimensiones y a plantear mejores preguntas.
🎬 Referencia pop: Como el famoso meme de Pepe Silvia, con un corcho lleno de papeles conectados con hilos rojos. Cuando problematizamos, entendemos que nada está aislado: todo está relacionado.
8. Prioriza las problemáticas
Por último, toca priorizar. Es imposible atender todo al mismo tiempo. El colectivo debe decidir qué problemáticas son más relevantes, cuáles se pueden atender con los recursos actuales y cuáles requieren apoyo externo.
Este paso es estratégico, porque evita dispersarse. Mejor enfocarse en pocos problemas, pero trabajar en serio sobre ellos, que intentar abarcar todo y no resolver nada.
🎬 Referencia pop: Igual que en Avengers: Endgame, no puedes salvar todos los universos a la vez. Hay que elegir la pelea correcta.
🎯 Conclusión
La lectura de la realidad no es un trámite: es un ejercicio pedagógico y político que permite que la escuela deje de trabajar sobre supuestos. Nos ayuda a reconocer las voces de estudiantes, familias y comunidad, a identificar las problemáticas más relevantes y a priorizar acciones colectivas.
👉 Y recuerda: la realidad cambia todo el tiempo. Lo que identificamos al inicio del ciclo escolar puede transformarse en pocos meses. Por eso, este ejercicio debe repetirse y actualizarse constantemente.